La conquista y expansión de los españoles y su influencia en la Región de Guayana
La conquista y expansión de los españoles y su influencia en la Región
de Guayana
La conquista
y colonización del territorio de Venezuela por los europeos da sus
inicios en el tercer viaje de Cristóbal Colón a América, en busca de nuevas tierras para la
corona española la cual da su llegada a la costa oriental del país el 2 de
agosto de 1498. Así pues da comienzo a “La conquista” de la tierra descubierta
que hoy en día es conocida como Venezuela, donde le tomó más de un siglo, es decir, 100 años
a diferencia de la realizada en “México y el Perú” debido a la ausencia de un
grupo indígena dominante y una infraestructura extensa de las mismas para ese
entonces.
Los eventos que llevaron a la conquista de
Venezuela por los europeos en el siglo XVI, se prolongó hasta el siglo XVII.
Entre las principales tierras conquistadas durante ese período se halla la
conquista de Tierra Firme en las Indias Occidentales de Pedro Simón, las
Crónicas de las Indias y los escritos del gobernador Juan de Pimentel, así como diversos escritos de los Welser de Augsburgo. De este modo se relata que desde 1498 hasta 1510 la
llegada de los europeos a la costa venezolanas, donde se encuentran con un gran
número de etnias pertenecientes a diferentes grupos culturales, los cuales
poseían una demografía inferior en agricultura a diferencia de las tierras en
América Central y las zonas dominadas por los inca en los Andes donde había
cultivos de maíz, algodón y de diversos tubérculos.
Sin embargo las diferentes etnias existentes de la
costa venezolana poseían un bajo nivel de adopción de una forma de
vida sedentaria virgen y
con apenas uso de metal para fabricar ornamentos no habían desarrollado la
metalurgia. Las principales armas que usaban eran arcos, flechas y lanzas. Su
desarrollo tecnológico no había llegado al punto de que tuviesen armas
semejantes a las de los europeos como lo eran las armas de fuego o espadas de
acero dando así una gran distinción entre ambas civilizaciones, es decir, la
diferencia radicaba en miles de años de urbanismo como era el caso en el lugar
de origen de los colonizadores
De centro a oriente se distinguían, entre otras,
las etnias caribes de los meregotos y los caracas en la zona del Valle de
Aragua al Valle del Tuy, los palenque y cumanagotos de allí hasta la zona del
río Neverí y los Chaimas y Parias de la zona Oriental, en las penínsulas del
Araya, Paría y al sur de éstas se hallaba la familia lingüística del Caribe que
al llegar los españoles estos sufren de cambios que afectaron la historias del
país hasta extenderse por todo el Delta del Orinoco.
Diego de Ordaz en el
Orinoco
Este militar al oír de un posible “El Dorado” se dirigió en 1530 a Venezuela. Donde en 1531 llegó al Delta del Orinoco. En junio realizó su viaje remontando el Orinoco en varias embarcaciones menores hasta llegar al río Meta y de allí hacia los Raudales de Atures del Orinoco. Durante ese tiempo la expedición terminó por crear animosidad entre las poblaciones indígenas. En los Raudales de Atures Ordaz se vio obligado a ordenar la retirada bajo presión de sus hombres tiempo después para Octubre de 1543 Jerónimo de Ortal en compañía de Alonso de Herrera deciden continuar con la expedición de Ordaz partiendo al Orinoco en busca de Oro, pero fracasan con la muerte de Herrera a manos de los indígenas, sin embargo la historia no queda hasta allí, ya que realmente a continuación se relatará lo sucedido en aquel momento histórico.
Primera expedición por el Orinoco
El 23 de junio de 1531, en plena época de lluvia e inundaciones. Diego de
Ordaz inicio contra corriente la penetración del Orinoco. Venciendo en cada
escala la resistencia del aborigen, fue explorando y penetrando el inmenso
curso de agua hasta llegar a la desembocadura del Meta y luego a las
torrenteras de Carichana con una tripulación mermada en 80 hombres, extenuada y
a punto de rebelión por el trato cruel y la inseguridad de un retorno cada vez
más incierto.
La voz ¡Uayana! ¡Uayana!
Escuchada por Juan González durante la exploración previa vuelve a hender los
aires de las bocas del Caroní y el Conquistador queda impresionado. Nunca más
aquellos hombres de ultramar olvidarán la reiterada voz aborigen. Desde
entonces Uayana o Guayana habrá de ser siempre para el mundo todo aquel inmenso
territorio donde la Naturaleza recrea la fuerza eterna de su vitalidad.
Más tarde, en el
trayecto fluvial que sigue hasta el río Arauquita, no se oye otra voz aborigen
que la de Urinoko y Orinoco será castellanizado conforme a la etimología
primitiva: Ori; confluencia y Noco; lugar (lugar de confluencia). Orinoco será
por sobre los otros nombres que seguirán después hasta sus cabeceras,
incluyendo Uriaparia en el primer tramo de la navegación.
Seis meses tardó en
remontar unas 160 leguas del Orinoco y emprendió el regreso en Enero de 1531
favorecido por la corriente que lo puso en él. Fuerte de San Miguel de Paria en
apenas veinte días. Regresaba hecho una ruina, sin poder siquiera
recuperar lo invertido, producto de la riqueza lograda en Tasxichtlan.
Retornaba con su gente mermada y enferma, cansada y ganosa de tirar la toalla
como en efecto ocurrió. Muchos desertaron y para justificarse, lo acusaron ante
el gobierno de Cubagua a cargo del Alcalde Pedro Ortiz Matienzo, quien le hizo
juicio y trasladó preso a la Audiencia
de Santo Domingo.
Allá, luego de
consultada la Corte, fue absuelto y decidida la devolución de sus bienes. No
conforme, quiso vindicar la conducta en su contra asumida por el Alcalde,
llevándolo ante la Corte, pero en el curso de la navegación el Comendador murió
y su cadáver lanzado al mar en un serón.
La expedición como
empresa individualista fue un fracaso, pero España ganó un gran espacio
territorial y una importantísima vía fluvial de comunicación con el Reino de
Granada. A esa edad de su muerte con la que se especuló añadiéndole el
ingrediente de supuesto homicidio por envenenamiento, a esa edad aún -52 años-,
el Comendador don Diego de Ordaz no podía ver claro el Paraíso y aunque quería
insistir, sin descanso porque nunca lo tuvo, en el fondo se sentía golpeado y
enfermo. Bien valió en el verso de Castellanos este epitafio que nunca pudo
diluir la sal de su sepultura: “Déle nuestro Señor su paraíso / que es lo cabal
y cierta gentileza / y el descanso de vida transitoria / que le faltó, el de
Dios en su Gloria”.
Segunda expedición
El nombre de Alonso de
Herrera, natural de Jerez de la Frontera, se inscribe trágicamente entre los
primeros Capitanes que comandaron expediciones por el Orinoco. A él le toco
comandar la segunda.
Acompañó a Diego de
Ordaz durante la primera expedición y en 1534 volvió inconforme para ir más
allá, remontar por primera vez al caudaloso Río Meta o Metacuya como era
conocido por los aborígenes. Pero volvía, no por su cuenta y riesgo, sino bajo
las órdenes de Jerónimo de Ortal, en cuyos brazos murió Ordaz cuando
presuntamente fue envenenado por la Justicia Mayor de Cubagua, Pedro Ortiz
Matienzo, en el trayecto Santo Domingo-España.
El Rey Carlos Primero
le había traspasado los derechos capitulares del hazañoso Diego de Ordaz y él
con dos barcos y 160 hombres aspiraba proseguir con mejor acierto la ruta del
fracasado Comendador. Zarpó del puerto de Sevilla el 18 de agosto de 1534 y dos
meses después, el 13 de octubre, ya estaba de vuelta en el Golfo de Paria,
reunido con Alonso de Herrera, quien había permanecido en el Fuerte, hambriento
y hospitalizado, cuidando los intereses de Ordaz.
Herrera aceptó la nueva
situación y mientras Jerónimo de Ortal se dirigía a Cubagua a verificar un
refuerzo que había llegado de España al mando de Juan Fernández de Alderete, él
se adelantó a remontar de nuevo el Orinoco bajo instrucciones de Ortal, quien
le prometió navegar posteriormente a la retaguardia. Ortal, hostilizado por los
Uayanos, no pasará más allá de las Bocas del Caroní. Herrera, en cambio, a
sangre y fuego, superará la resistencia aborigen hasta el Meta, donde siete
flechas envenenadas lo traspasan de banda a banda.
Alonso de Herrera
descubrió al Meta a finales de 1535 y lo remontó unos 100 kilómetros. Junto con
él perecieron siete de sus mejores hombres.
El Alguacil Mayor Alvaro de Ordaz, sobrino del extinto Comendador, asumió el mando y emprendió el retorno de la fracasada expedición hasta encontrarse con su jefe Jerónimo de Ortal varado en la Isla de Trinidad. Este Ortal, nativo de Zaragoza y Contador que fue de al Real Hacienda de Nueva Cadiz, morirá 15 años después de Santo Domingo.
Geopolítica en la Guayana del siglo XVI
Años después los holandeses comienzan sentir
interés por penetrar el Orinoco. A finales de 1597 salieron de Europa con dos
barcos, el Zeeridder y el Jonas, y tomaron primero rumbo a Cayena. La misión estaba dirigida por
De Haen, un flamenco que trabajaba para las Provincias Unidas. Desde Cayena se dirigieron hacia la
desembocadura del Orinoco, donde llegaron el 27 de julio de 1598; 22 días
después llegaron a Santo Tomé de Guayana, que acababa de ser repoblada por Antonio de Berrío. Igualmente comenzaron a
penetrar por el río Esequibo. A partir de entonces los
neerlandeses tratarían de conquistar en Guayana, en ocasiones vendían armas a
los indígenas a cambio de esclavos y productos de la zona. Antonio de Berrío
encargó a su hijo Fernando de Berrío como gobernador de Guayana
en 1597. Fernando se dedicó en la siguiente década a fortalecer la presencia
española en Guayana.
En 1617 Walter
Raleigh junto
a Lawrence Keymes organiza la segunda
expedición a la Guayana Española (que Raleigh la
pretendía como Guayana Británica) y tomó posesión de una parte de esa región en
nombre de Inglaterra, pero al destruir Santo Tomé de Guayana muere su hijo
mayor Walter y Keymes se suicida en el intento de explicar los hechos. Raleigh
decide regresar a Inglaterra, pero en
Londres es detenido nuevamente, a solicitud de España. Fue sometido a
juicio tras ser acusado de traición, el Conde de Gondomar, embajador español,
añadió además el saqueo de las Canarias y los actos violentos ocurridos en
Guayana; fue encerrado de nuevo en la Torre de Londres junto a su familia y
condenado a muerte por un tribunal de Londres. Sufrió suplicio y fue
posteriormente decapitado en Whitehall en 1618.
Referencia
Américo.
F. (2017). HISTORIA DEL ESTADO BOLÍVAR (Tomo Primero). [Información en línea].
Disponible en: http://historiadelestadobolivartomoprimero.blogspot.com/2017/02/diego-de-ordaz.html [Consulta: 2021,
Agosto. 03]
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